Gabriela Poblete
Efecto Pigmalión: ¿Utilizamos de manera positiva los refuerzos en la escuela? ¿Qué tan valioso es creer en un sujeto?, ¿Tanto significado tiene para mí que otro tenga altas expectativas sobre lo que yo puedo lograr? La respuesta a éstas preguntas y a muchas otras es simple, y el efecto Pigmalión es la confirmación de ello. Éste efecto está comprobado en base a estudios y resultados, tanto en escuelas, como en la vida personal, amical y de pareja de un sujeto. Éste consta de 3 aspectos muy importantes para lograr un resultado esperado, y llevándolo a un ámbito escolar: el primero es que como docente debo creer firmemente que todos los niños pueden alcanzar un buen desempeño, un buen aprendizaje, que todos pueden desarrollarse, etc. por tanto, debo creer que cada alumno es capaz, y puede lograrlo. Segundo, y complementando al primer requisito, debo tener expectativas en que eso se va a cumplir, en que va a suceder, y por ello, el tercer aspecto es poner éstos pensamientos en práctica, de manera que debo enviar mensajes efectivos al sujeto, reforzarlo de manera positiva, hacerle entender que él/ella va a llegar a la meta, entre otras. Con ésta simple creencia, el rendimiento que considero que tendrá el alumno, lo demostraré explícita e implícitamente, por lo tanto, el alumno se ajustará a ésta realidad y obtendrá un resultado correspondiente de lo que consideré. Esto se acerca mucho al referente filosófico idealista, ya que la realidad del sujeto está en su conciencia y nosotros como docentes debemos hacer que el alumno interiorice pensamientos y creencias positivas de él/ella en su mente creando la realidad existente.Si todo esto se pone en práctica, estamos cumpliendo con una característica común entre las escuelas efectivas, por ello es tan importante darlo a conocer, para crear instancias significativas en que el niño se sienta a gusto, para que la mirada que proyecta hacia sí mismo sea la mejor y se sienta capaz de conseguir todo lo que se proponga. Entonces, si queremos mejorar la educación, debemos mejorar las expectativas de todos los docentes e incentivarlos a creer que cada alumno de su aula puede alcanzar óptimos resultados. ¡Propaguemos una "profecía autocumplida" positiva!

Un ejemplo real acerca del efecto pigmalión:



"La realidad es causada por las ideas de la mente humana. No hay realidad independiente de la mente humana".